En
los tangos rioplatenses la mujer recibe una doble imagen: a la madre
en cuanto elemento protector al que el hombre puede recurrir en
los momentos de abandono, se opone la milonguera, cruel y desprejuiciada,
que provoca la pérdida del honor, la fe y los bienes materiales
del protagonista. Pero a menudo esta mujer es a su vez víctima
de la acción de hombres que la corrompen con promesas de
riquezas y la inducen a prostituirse. Las "engañosas
luces" del centro de la ciudad -visto como lugar de pecado
y decadencia física y moral- arrastran hacia la perdición
a la mujer que se deja encandilar por ellas y la apartan irremediablemente
de la pureza originaria del barrio que la vió nacer. En la
tradición rioplatense esta decadencia femenina es siempre
narrada por varones, cosa que sucede también a menudo en
el tango italiano [L'altro
amore]. La originalidad de Io
conosco un bar consiste en el hecho de que es la misma
protagonista quien nos relata la historia de su primera caída,
que condicionará toda su vida (feliz idea con la que el autor
asegura un mayor impacto emocional sobre el oyente). La segunda
transposición temática de esta pieza concierne al
café, local frecuentado aún hoy sobre todo por hombres
en algunos barrios de Buenos Aires y Montevideo. En los tangos rioplatenses
el café es visto como escuela de vida y metáfora del
útero materno donde el varón puede consolarse de sus
desilusiones amorosas ("si sos lo único en la vida que
se pareció a mi vieja", confiesa el cantante al local
en Cafetín de Buenos Aires, de Santos Discépolo y
Mores). En Io
conosco un bar el café de barrio rioplatense es
reemplazado por un bar italiano, último y único refugio
de la protagonista, situado en la periferia de la ciudad (espacio
lejano del centro que aquí no es tratado como portador de
decencia, sino como refugium peccatorum en el cual es posible encontrar
consuelo y a la vez vivir la relación erética transgresiva
sin tener que exponerse después al sufrimiento de los recuerdos).
En general, los autores italianos de tango imitaron el modelo rioplatense
poniendo en boca del hombre herido los lamentos por la inconstancia,
indiferencia e incluso abandono del que es objeto por parte de la
mujer. Cuando un tango italiano habla de este tema en femenino puede
suceder que confirme esta tendencia a mostrar la sdica satisfacción
de la mujer al comprobar su predominio e influencia sobre los sentimientos
del hombre. En Amore strano, tango de Bergamini e Borella conservado
en la Discoteca di Stato pero no incluído aquí, la
protagonista canta: "T'amo ma non son gelosa di te / però
non ti nascondo / che se geloso tu sei di me / il mio piacere è
profondo // T'amo ma non so parlare d'amor / peró che tu
mi piaci / lo dico a baci con tanto ardor / da far soffrire il tuo
cuor". A continuación, como si quisiera confirmar que
este perverso juego de poder es una caracterástica distintiva
del tango, canta: "A un tango assomiglia il mio amor / che
è tutto un giuoco di vampe e di languor / un tango mi sembra
di cantar / quando mi stringi al cuor senza parlar".
Sin
embargo, no pocas veces estos autores escribieron textos de tangos
que excluían las referencias de género, de modo que
pudieran ser interpretados por cantantes de ambos sexos (cfr. por
ejemplo,Un
tango per te y Portami
tante rose , Tango
dell'abbandono, Chitarra
stanca y Fammi
sognar ! ). Es muy probable que ello haya contribuído
a la difusión de temas como Sei
tu , Domani
y el Tango
del mare , que presentan esta característica y
fueron interpretados tanto por tenores como por sopranos. Otros
tangos famosos sufrieron leves transformaciones en el texto para
ser cantados por un intérprete de sexo distinto al original
(vasta cambiar la palabra "pallido" por "pallida"
en Violino
Tzigano y "ebbro" por "ebbra" en
el Tango
del cuore).
TOP
|