PRIMEROS
PASOS
Algunos
de los componentes musicales y coreográficos del tango
rioplatense derivaron de otros géneros. Es el caso de la
quebrada -movimiento lateral de la cadera- y el corte -detención
momentánea del movimiento-, dos figuras coreográficas
de la habanera cubana que pasaron a caracterizar al tango. La
habanera llegó a las ciudades rioplatenses por varias vías:
como baile (tanto en los salones que imitaban las modas foráneas
como en las tabernas ubicadas en las zonas portuarias) y como
canción satírica en la zarzuela española
bajo la denominación de tango americano. De esta habanera
escénica el tango rioplatense tomó el ritmo de acompañamiento
en ostinato formado por la siguiente fórmula: corchea con
puntillo + semicorchea + dos corcheas. Además, durante
la segunda mitad del siglo XIX, en Buenos Aires se publicaron
habaneras para piano con la indicación "tango-habanera"
o "habanera-tango", lo cual originó cierta confusión
entre los estudiosos, al ver aparecer el nombre tango en documentos
escritos algunas décadas antes de la cristalización
del nuevo género rioplatense (1870-80).
El ritmo binario de la habanera está en la base de numerosas
expresiones musicales de Latinoamérica, del Caribe a la
pampa, entre las que se cuenta la milonga, otro género
popular con nombre africano. En las llanuras rioplatenses se ejecutaban
dos tipos de milonga: el primero era una canción rural
con textos en décimas de Espinel a menudo improvisados
sobre temas propuestos en el momento; el segundo era un baile
de pareja practicado en las periferias de las ciudades rioplatenses.
Estas milongas semiurbanas presentaban frases musicales de perfil
descendente constituidas por grupos de corcheas y semicorcheas,
que los primeros músicos de tango utilizaron. La fórmula
melorrítmica en semicorcheas combinadas en dos grupos ternarios
y uno binario (3+3+2) típica de la milonga rural fue adoptada
por algunos compositores de tango a lo largo de la historia (Astor
Piazzola fue uno de ellos).
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